Estructurado en torno a diez capítulos, una analogía a los diez peldaños que subió la protagonista, Colombine, poco antes de fallecer súbitamente en octubre de 1932 cuando iba a intervenir en una mesa redonda sobre educación sexual en el Círculo Radical Socialista, (sus biógrafos señalan que entre los médicos que le atendieron estaba su amigo Gregorio Marañón); el escritor granadino Alejandro Pedregosa (Premio Andalucía de la Crítica y Premio de Poesía "Ciudad de Orihuela"), elabora una biografía novelada con sensibilidad y presentación singular, en edición que recuerda el aspecto de un cuaderno de apuntes; mediante la que tributa un sincero homenaje a esta figura nunca lo suficientemente reconocida como se merece, desde los años de infancia hasta su desgraciado final. Carmen de Burgos y Seguí, posiblemente la primera mujer que ejerció la profesión periodística en España, rompió todos los moldes y estereotipos de la época, y el magisterio de sus enseñanzas fue tan determinante que el bando ganador de la Guerra Civil Española incluyó su nombre en la lista de autores prohibidos (sus libros desaparecieron de bibliotecas y librerías durante largos años). Tal y como nos cuenta Pedregosa, la almeriense fue, además, una de las primeras corresponsales de guerra; y jugó un importante papel como conferenciante sobre temas ligados al movimiento feminista (es una de las pioneras en la defensa del rol de la mujer en la cultura) Las ilustraciones, a cargo de Carmen Fernández, reinterpretan su imagen -recordada por el retrato que en 1917 realizó Julio Romero de Torres-; y ahondan en los momentos clave que modelaron su personalidad y marcaron la trayectoria de una activista y literata condicionada por los importantes hechos históricos que le tocó vivir.

Estructurado en torno a diez capítulos, una analogía a los diez peldaños que subió la protagonista, Colombine, poco antes de fallecer súbitamente en octubre de 1932 cuando iba a intervenir en una mesa redonda sobre educación sexual en el Círculo Radical Socialista, (sus biógrafos señalan que entre los médicos que le atendieron estaba su amigo Gregorio Marañón); el escritor granadino Seguir leyendo