Tal vez condicionada por su experiencia comunicativa desde la sordera, la escritora e ilustradora surcoreana traza una analogía entre los estados de ánimo y los sentimientos que experimentamos en la infancia mediante una paleta de colores que van desde el blanco deslumbrante, en una mañana de ánimo, hasta el negro que nos abraza a todos a la hora de dormir. El descubrimiento de cada sensación está ligado a ese mar de percepciones visuales que forma parte de nosotros, invitando al lector a reflexionar sobre las luces y sombras en los que ellos se reflejan cuando viven momentos similares. La traslación de las emociones a la técnica pictórica está modelada a partir de una colección de ilustraciones a sangre en los que Choi Sook Hee consigue conmover, alternando la disposición de los protagonistas, variando el juego de planos, haciendo aparecer a otros miembros del círculo más cercano al personaje principal y con escenas de corte onírico en el que el entusiasmo o la decepción elevan o abaten a la niña. Siempre con una certeza, hay alguien o algo cerca que ayuda a mejorar la situación si sabemos focalizar cada impresión.
	 
	Tal vez condicionada por su experiencia comunicativa desde la sordera, la escritora e ilustradora surcoreana traza una analogía entre los estados de ánimo y los sentimientos que experimentamos en la infancia mediante una paleta de colores que van desde el blanco deslumbrante, en una mañana de ánimo, hasta el negro que nos abraza a todos a la hora de dormir. El descubrimiento de cada sensación está ligado a ese mar de percepciones visuales que forma parte de nosotros, invitando al lector a reflexionar sobre las luces... Seguir leyendo
 
 EL COLOR DE MIS EMOCIONES

	Mis emociones son
	un mar de colores
	que suben y bajan
	y cambian sin parar.
	Esta mañana, mis emociones
	son de un blanco deslumbrante.
	Aún no sé de qué color se pintarán,
	porque acabo de despertarme.