Un viaje como el que realiza el protagonista ayuda al lector a sentir en su propia piel el descubrimiento de la inseguridad y los miedos que genera la soledad, el enfrentamiento a lo desconocido, el abandono del hogar... En su largo caminar, Polvorón se sorprende de las cosas que va viendo, pero también de las que va descubriendo en sí mismo. Escucha el primer ladrido que sale de su cuerpo y a la vez advierte que no todos los humanos son iguales.
Un tipo de aventura que no ha perdido vigencia con el paso del tiempo. Un viaje como el que realiza el protagonista ayuda al lector a sentir en su propia piel el descubrimiento de la inseguridad y los miedos que genera la soledad, el enfrentamiento a lo desconocido, el abandono del hogar... En su largo caminar, Polvorón se sorprende de las cosas que va viendo, pero también de las que va descubriendo en sí mismo. Escucha el primer ladrido que sale de su cuerpo y a la vez advierte que no todos los humanos son iguales.
Un tipo de aventura que no ha perdido vigencia con el paso del tiempo.

Polvorón

¡Guau, guau, guau!
Tal vez mi historia, la historia de un perro pequeño como yo, de escaso pelo, rabo corto, y las orejas y el hambre largos, con muchas ganas de crecer y hacerse grande, no os diga gran cosa. O quizá sí. Yo pienso que a ratos os divertirá -los chicos y las chicas siempre lo pasáis muy bien con los perros, ¿verdad?-