En casa de la Osa Aurelia se suceden una serie de curiosos robos. Los objetos más valiosos desaparecidos son su collar preferido, unos pendientes y un cuadro que ella misma pintó en su juventud. La única pista que tiene Sabueso Orejotas, el investigador privado más famoso de Ciudad Amable, son los ruidos que la anciana escucha por el día y por la noche. Está claro que se trata de un ladrón diferente, extraño y misterioso. ¿Alguien sabe cómo atrapar a un ladrón que no deja huellas?
Cuarto título de la serie del Sabueso Orejotas. La autora, establece un paralelismo entre las jerarquías de los animales humanizados, habituales en la literatura infantil, y los personajes arquetípicos de las novelas detectivescas. Es una hábil manera de acercar a los primeros lectores a este género. Aborda una temática de gran interés humano como es la pérdida de memoria en la vejez encubierta bajo la estructura de una trama propia de la novela policíaca. Las ilustraciones resultan un buen apoyo narrativo.
En casa de la Osa Aurelia se suceden una serie de curiosos robos. Los objetos más valiosos desaparecidos son su collar preferido, unos pendientes y un cuadro que ella misma pintó en su juventud. La única pista que tiene Sabueso Orejotas, el investigador privado más famoso de Ciudad Amable, son los ruidos que la anciana escucha por el día y por la noche. Está claro que se trata de un ladrón diferente, extraño y misterioso. ¿Alguien sabe cómo atrapar a un ladrón que no deja huellas?
Cuarto título... Seguir leyendo
El ladrón sin huellas
Sabueso salió temprano, como cada día, para hacer sus ejercicios de taichi.
A esa hora de la mañana era metódico; siempre hacía lo mismo. Acababa los ejercicios y se acercaba al quiosko de prensa para comprar el periódico. Después desayunaba.