Los despistes de Spider

Spider era un niño muy despistado. Todos lo decían. Su madre lo repetía todas las mañanas cuando Spider bajaba a desayunar con un calcetín azul y otro naranja, o con el jersey del revés.
-¡Oh, Spider! -decía con un gesto de desaprobación-, ¡eres un despistado!
El señor Smith, su profesor en el colegio Park, también decía lo mismo cada vez que hacía una pregunta a Spider y éste se equivocaba.