En todo el mundo existen cada vez más vendedores de periódicos de 9 años, trabajadores de un camión de basura de 13, trabajadores de una mina de arena de 15, ayudantes de una carnicería de 11. Los ejemplos mostrados en estas magníficas entrevistas/cuentos son sólo algunos de los casos posibles, que se cuentan por millones. Acompañan a este estremecedor libro una biografía de las comprometidas autoras, un glosario de términos y la Declaración Universal de los Derechos del Niño.
En todo el mundo existen cada vez más vendedores de periódicos de 9 años, trabajadores de un camión de basura de 13, trabajadores de una mina de arena de 15, ayudantes de una carnicería de 11. Los ejemplos mostrados en estas magníficas entrevistas/cuentos son sólo algunos de los casos posibles, que se cuentan por millones. Acompañan a este estremecedor libro una biografía de las comprometidas autoras, un glosario de términos y la Declaración Universal de los Derechos del Niño.
No hay tiempo para jugar. Relatos de niños trabajadores
Desde muy chico me salía de la casa. No me gustaba estar ahí porque me pegaban mucho. Iba al río La Silla a caminar, a matar pájaros; también a agarrar pescados, que me gustaba comerlos con harto limón. Ahí conocí unos chavos y me junté con ellos un tiempo. Luego me puse a vender periódicos y a limpiar vidrios en las esquinas. Sacaba muy buena lana y se la llevaba a mi mamá. Por eso, cuando me querían pegar, ella me defendía; le decía a mi padrastro que yo no era malo ni vago, que no me pegara, que yo ya llevaba centavos a la casa.