¡Ñec-ñec, ris-ras!
Nadie me cree, y mi hermano, Boris, dice que soy un miedica, pero no os miento: hay un niño que todas las noches se esconde en mi armario y luego, por la mañana, se cuela a hurtadillas bajo mi cama sólo para asustarme. Y tampoco soy un miedica. Hasta Godzilla, que como todo el mundo sabe es el monstruo más valiente del mundo, se asustaría de un niño de piel rosa y pelo naranja en la cabeza, donde deberían estar los cuernos, y unos ojos de aquel color tan horrible que tiene el cielo cuando te levantas en pleno día.