Viaje por España
Cuando se inauguró el ferrocarril en Europa, la gente puso el grito en el cielo. ¡Ya se había acabado el viejo y hermoso modo de viajar! ¡La poesía de viajar se esfumaba, la magia se perdía! Sin embargo, precisamente entonces comenzaba la magia. Ahora volamos con alas de vapor, ante nuestros ojos y en torno a nosotros se sucede un cuadro tras otro en rica variedad; como manojos nos van arrojando aquí un pueblo, aquí un bosque, aquí montañas y valles. Podemos bajar a deleitarnos con la belleza del paisaje, pasar rápidamente lo aburrido, con la velocidad del pájaro alcanzar nuestro destino; ¿no es esto magia?