La narración se centra en el problema de identificación de un Plácido dragón y una Bárbara mariposa, cuyos nombres no se adaptan a su carácter. La historia, en versos de sencilla rima y gran musicalidad, se estructura en tres actos y resulta fácilmente dramatizable. La ternura de los dos personajes se refuerza con las ingenuas ilustraciones, en plumilla, de Luis de Horna.
La narración se centra en el problema de identificación de un Plácido dragón y una Bárbara mariposa, cuyos nombres no se adaptan a su carácter. La historia, en versos de sencilla rima y gran musicalidad, se estructura en tres actos y resulta fácilmente dramatizable. La ternura de los dos personajes se refuerza con las ingenuas ilustraciones, en plumilla, de Luis de Horna.
El dragón y la mariposa
En un oscuro torreón
vivía en tiempos un dragón,
que Plácido se llamaba
y todo lo destrozaba:
lleno de pinchos y malas artes
escupía fuego por todas partes.
Pero un día vino un profesor
con un libraco, y sin temor
al fiero dragón se acercó,
y de cabo a rabo lo examinó.
Midió al bicho con interés:
¡treinta metros de largo es!