Raquel, la protagonista de esta historia, vive frente mar y quiere ser como su padre: embarcar en un navío, conocer idiomas y lugares fantásticos. El autor de la obra, Agustín Fernández Paz, compara el mar y la figura del padre de Raquel: cuando éste se va a faenar, el mar también desaparece, como por arte de magia. La vuelta del padre es tan esperada como la del mar; sin duda, son dos lazos afectivos muy queridos. Además, el libro contiene una propuesta de juego: encontrar en las ilustraciones una estrella de mar.Raquel, la protagonista de esta historia, vive frente mar y quiere ser como su padre: embarcar en un navío, conocer idiomas y lugares fantásticos. El autor de la obra, Agustín Fernández Paz, compara el mar y la figura del padre de Raquel: cuando éste se va a faenar, el mar también desaparece, como por arte de magia. La vuelta del padre es tan esperada como la del mar; sin duda, son dos lazos afectivos muy queridos. Además, el libro contiene una propuesta de juego: encontrar en las ilustraciones una estrella de mar.
La huida del mar
Raquel vive en una casa al lado del mar. Cuando abre la ventana de su cuarto, lo que ve es la superficie del agua, que se extiende hasta unirse con el cielo en la línea del horizonte. En los días buenos el mar está tranquilo, pero en invierno las olas se estrellan con furia contra el muro del muelle y estallan como cohetes de espuma blanca.