La ironía del ilustrador y escritor Tony Ross es patente en este cuento, con final trágico para la protagonista. El autor rechaza con esta historia a los niños que no son niños y se convierten en ejemplo de lo que no es la infancia: orden, limpieza y perfección. Cuando Jezabel es devorada por un cocodrilo, todos los demás niños, sucios, traviesos y un poco más irresponsables, se salvan. Las ilustraciones aportan detalles de humor al texto, alejándolo de la crudeza que podría tener la historia.La ironía del ilustrador y escritor Tony Ross es patente en este cuento, con final trágico para la protagonista. El autor rechaza con esta historia a los niños que no son niños y se convierten en ejemplo de lo que no es la infancia: orden, limpieza y perfección. Cuando Jezabel es devorada por un cocodrilo, todos los demás niños, sucios, traviesos y un poco más irresponsables, se salvan. Las ilustraciones aportan detalles de humor al texto, alejándolo de la crudeza que podría tener la historia.
Hipersúper Jezabel
Jezabel era una niña superperfecta. Tan perfecta, que la llamaban “Hipersúper Jezabel”. Cuando los niños salían del colegio, todos iban hechos un desastre. En cambio, Jezabel salía siempre hipersúper limpia.