La estrella de Añil
Por primera vez en la vida, Añil Casson había estado enfermo de verdad. Tenía gripe y, en vez de ir a menos, cada vez fue a más y se convirtió en mononucleosis.
–¿Mononucleosis? –preguntaron sus incrédulos compañeros de clase–. ¿No será que está muerto de miedo?
En el fondo de sus pensamientos, Añil se hacía la misma pregunta. Sin embargo, sí que se trataba de mononucleosis. De hecho, se puso muy enfermo y con bastante rapidez. Incluso en los momentos más duros de su enfermedad, una parte de Añil suspiraba de alivio. Una parte de él pensaba: «¡Uf!».