Una niña afirma en la primera página: «Si eres feliz, tienes que aplaudir». En las siguientes, ocho simpáticos animales manifiestan su desacuerdo y explican sus particulares modos de expresar la felicidad: mover la cola, las orejas, golpearse el pecho, entre otras. Todos invitan a los lectores a moverse y a recitar los textos llenos de musicalidad y repeticiones. La composición de cada escena juega con tipografías diferentes que ayudan a distinguir el estribillo, lo que dice el personaje y la onomatopeya que simula la acción propuesta.Una niña afirma en la primera página: «Si eres feliz, tienes que aplaudir». En las siguientes, ocho simpáticos animales manifiestan su desacuerdo y explican sus particulares modos de expresar la felicidad: mover la cola, las orejas, golpearse el pecho, entre otras. Todos invitan a los lectores a moverse y a recitar los textos llenos de musicalidad y repeticiones. La composición de cada escena juega con tipografías diferentes que ayudan a distinguir el estribillo, lo que dice el personaje y la onomatopeya que simula la acción propuesta.
¡Si eres feliz y lo sabes!
Había una vez una niña feliz que cantaba: Si eres feliz y lo sabes, haz así: ¡CLAC- CLAC!