Relato conmovedor, publicado en letra caligrafiada y salpicado de pictogramas, con los que se pretende dotar de diversión y juego a la lectura, e intentar que esta sea más amena para todos aquellos niños que aún no tienen adquirido el hábito lector. Las andanzas del famoso borriquillo Platero harán las delicias del público infantil. Las ilustraciones, realizadas en tonos pastel, ambientan el clima poético que respira el texto y evocan el espíritu que el poeta trató de reflejar en el célebre libro original.Relato conmovedor, publicado en letra caligrafiada y salpicado de pictogramas, con los que se pretende dotar de diversión y juego a la lectura, e intentar que esta sea más amena para todos aquellos niños que aún no tienen adquirido el hábito lector. Las andanzas del famoso borriquillo Platero harán las delicias del público infantil. Las ilustraciones, realizadas en tonos pastel, ambientan el clima poético que respira el texto y evocan el espíritu que el poeta trató de reflejar en el célebre libro original.
Platero y Juan Ramón
Moguer es un pueblo de casas blancas y cielo azul. Tiene viñas y naranjos, huertos de granados, y, allá arriba, los pinos. Moguer está cerca del mar. Sus calles, a mediodía, huelen a pan recién salido del horno. Moguer es el pueblo de Juan Ramón Jiménez, el poeta que escribió Platero y yo. Platero era un burro pequeño, de pelo gris, suave y blando como el algodón.