A la señora Gage le llega una carta en la que le informan que su hermano Joseph ha muerto, dejándole en herencia su casa, tres mil libras y al loro James. Pero nadie encuentra el dinero y la casa sufre un incendio que la destroza por completo. Sin embargo, el astuto loro lleva a la señora Gage a un escondite donde se oculta una verdadera sorpresa. Gadir recupera un estupendo relato mediante el que los lectores preadolescentes pueden tomar un primer contacto con la obra de la escritora británica.
A la señora Gage le llega una carta en la que le informan que su hermano Joseph ha muerto, dejándole en herencia su casa, tres mil libras y al loro James. Pero nadie encuentra el dinero y la casa sufre un incendio que la destroza por completo. Sin embargo, el astuto loro lleva a la señora Gage a un escondite donde se oculta una verdadera sorpresa. Gadir recupera un estupendo relato mediante el que los lectores preadolescentes pueden tomar un primer contacto con la obra de la escritora británica.
La viuda y el loro
Hace unos cincuenta años, la señora Gage, una anciana viuda, se encontraba sentada en el jardín de su casa, en un pueblecito llamado Spilsby, en Yorkshire. Aunque coja y bastante corta de vista, se esforzaba por arreglar un par de botas, pues apenas se mantenía con unos pocos chelines a la semana. Mientras martilleaba las botas, el cartero abrió la puerta y le arrojó una carta sobre el regazo.
Llevaba la dirección «Messrs Stagg and Beetle, 67 High Street, Lewes, Sussex».