Pequeño Erizo recibe una gran sorpresa cuando se despierta aquella fría mañana de invierno. El viento le trae un regalo muy especial. Cuando lo abre descubre un precioso y calentito gorro de lana rojo. Trata de ponérselo, pero la cosa no es nada fácil porque sus púas se ponen rebeldes. Así que decide regalárselo a su amigo conejo, pero a éste tampoco le vale. El gorro irá pasando de mano en mano por diversos animales del bosque, hasta que al final todos descubren para quién está hecho el delicado regalo. Butler ha creado una emocionante y sencilla historia de amistad que encantará a los más pequeños por la naturalidad con la que cuenta la espontaneidad con la que diversos animales encuentran una solución a un hecho tan cotidiano como es el regalo que nos hacen y «no nos vale». En vez de reaccionar con un pataleo o un rostro enfurruñado, los protagonistas de la historia ofrecen al lector una modesta y deliciosa lección de generosidad: «si no me vale, no importa, seguro que le servirá a uno de mis amigos». Las ilustraciones de Macnaughton ponen una guinda tierna y delicada.
Pequeño Erizo recibe una gran sorpresa cuando se despierta aquella fría mañana de invierno. El viento le trae un regalo muy especial. Cuando lo abre descubre un precioso y calentito gorro de lana rojo. Trata de ponérselo, pero la cosa no es nada fácil porque sus púas se ponen rebeldes. Así que decide regalárselo a su amigo conejo, pero a éste tampoco le vale. El gorro irá pasando de mano en mano por diversos animales del bosque, hasta que al final todos descubren para quién está hecho el delicado regalo.... Seguir leyendo
Una noche muy fría
Un viento muy frío despertó a Pequeño Erizo de su largo sueño de invierno. Era un viento tan fuerte, que la manta de hojas con la que se tapaba echó a volar y el pobre erizo tembló de frío en la nieve y ya no se pudo dormir.
De repente vio que algo caía del cielo... ¡¡¡Catapún!!!
Era un paquete con su nombre escrito en una tarjeta.
Pequeño Erizo lo abrió corriendo y se encontró con un gorro de lana rojo... ¡de la talla de un erizo!
Se lo puso rápidamente ajustándolo por detrás, por delante, hacia la izquierda...