Calle Carbón
–En algún momento hay que contárselo. Va a cumplir diecisiete años.
La voz de mi padre me dejó clavada en la puerta de la cocina, con seis galletas untadas de mantequilla en una mano y un vaso de leche en la otra. Once palabras quebrando el silencio de la noche como una piedra haciendo esquirlas el cristal. Una chinita removiendo la superficie lisa del estanque. Cambiando mi vida.