La noche de Saint Germain des Prés
París, 7 de junio de 1965, 23:30.
Había dejado de llover hacía poco, pero la ciudad sudaba aún esa sucia humedad de después de la tormenta que, como quien no quiere la cosa, se te mete dentro hasta lo más hondo. Hasta el alma, si es que existe.
Desde lo alto de su pedestal, Danton, altanero, nos daba la espalda, haciéndonos saber a Marcelle y a mí que le traía sin cuidado que fuéramos al pasaje Dauphine, e incluso parecía intimarnos a ir en dirección contraria. Pero aún así, allí fuimos...
La entrada de la Cave Bleue estaba animada porque iba a tener lugar la elección de miss Basura. Las invitaciones que me había regalado Henri Leduc no nos otorgaban preferencia de paso...