¡Te lo he dicho 100 veces!
-¡Te lo he dicho 100 veces! –exclama la mamá.
Kif Kif resopla. Él no puede recordar TODO lo que le dice su mamá. Las palabras brotan de su boca como burbujas. Son demasiadas. Se amontonan. Se empujan. Saltan. Botan. Chocan unas con otras. Al fin, se acercan a él y revolotean alrededor de su cabeza. Se enredan. Y ¡paf!, explotan.
Entonces Kif Kif piensa en voz alta:
-¿Qué es lo que mi mamá me ha dicho 100 veces? Léete las bandejas... Lávate las ovejas… ¡Lávate las orejas!