Una disparatada historia en la que un niño curioso, atrevido y armado de imaginación, construye una enorme atalaya a la que se encarama para ver el mundo. Mientras sacia su afán contemplativo, su madre se desespera reclamando con insistencia que vaya a merendar. Una trama tan irreal como ingeniosa, ilustrada con sugerentes escenas que muestran el alocado proceso de edificación en el que se empeña el protagonista.Una disparatada historia en la que un niño curioso, atrevido y armado de imaginación, construye una enorme atalaya a la que se encarama para ver el mundo. Mientras sacia su afán contemplativo, su madre se desespera reclamando con insistencia que vaya a merendar. Una trama tan irreal como ingeniosa, ilustrada con sugerentes escenas que muestran el alocado proceso de edificación en el que se empeña el protagonista.
¡Espera, ya voy!
Un día, un niño se preguntó cómo sería el mundo desde arriba, en el preciso instante que le llegó la voz de su madre desde la lejanía: –¡A merendar!