Kôt
El anciano intentó abrir los ojos, pero sintió que el peso de sus párpados se lo impedía. Llegó a pensar que aún dormía y que su mente vagaba perdida en las enmarañadas nebulosas de los sueños. No podía sospechar entonces que una atroz pesadilla comenzaría a cobrar vida ante sus ojos como en una macabra función teatral, tan pronto lograra abrirlos.