Mamá Elefante se acompleja por culpa de su enorme trompa y observa con envidia a las otras madres. Pero sus hijos le devuelven la confianza en sí misma porque, aunque no sea capaz de ponerse una camiseta, puede hacer muchas cosas buenas con la trompa que las otras madres sin trompa no pueden hacer. Las diferencias son lo que hace especial a una persona, por eso hay que aceptarlas y buscar su lado más positivo.Mamá Elefante se acompleja por culpa de su enorme trompa y observa con envidia a las otras madres. Pero sus hijos le devuelven la confianza en sí misma porque, aunque no sea capaz de ponerse una camiseta, puede hacer muchas cosas buenas con la trompa que las otras madres sin trompa no pueden hacer. Las diferencias son lo que hace especial a una persona, por eso hay que aceptarlas y buscar su lado más positivo.
Mamá Elefante es genial
Papá Elefante le compró una camiseta a Mamá Elefante. -Me la pondré ahora mismo –dijo Mamá Elefante, contenta. Metió el pelo. Luego, las orejas. Y también los ojos... Pero no pudo seguir. La trompa se atascó. Bien atascada. Mamá Elefante tiró de la camiseta hacia abajo. Y empujó con la trompa hacia arriba. La aplastó y la hundió. La frunció y la retorció. -Mmmm –gruñó. ¡Qué trompa tan molesta! Se puso su camisa de botones y salió de casa.