Las historias de Otto Terremoto son irreverentes. Otto no es un hijo modelo ni un alumno modelo. En realidad no es modelo de nada excepto de sí mismo. Por eso sus historias divierten mucho más a los hijos que a los padres, porque lo que sí hace Otto es divertirse y divertir con sus cosas. Seguro que encandila a los niños con sus travesuras, que nunca acaban mal. Un estilo sencillo y algunas gamberradas avalarán el éxito de esta nueva colección.
Las historias de Otto Terremoto son irreverentes. Otto no es un hijo modelo ni un alumno modelo. En realidad no es modelo de nada excepto de sí mismo. Por eso sus historias divierten mucho más a los hijos que a los padres, porque lo que sí hace Otto es divertirse y divertir con sus cosas. Seguro que encandila a los niños con sus travesuras, que nunca acaban mal. Un estilo sencillo y algunas gamberradas avalarán el éxito de esta nueva colección.
¡Hola! Yo soy... Otto Terremoto
Era lunes por la mañana y Otto estaba desayunando.
–¡Otto, no hagas eso! –le advirtió su madre, mirando hacia arriba.
–¿Que no haga qué? –dijo Otto.
–Dejar que Tufo te chupe la cuchara. ¡Te he visto!
–Pero... ¡tiene hambre!
–No me importa –suspiró mamá–. Está sucia, Otto.
Otto inspeccionó la cuchara y la lamió. A él le parecía bastante limpia.