Este libro nos abre la puerta a una realidad que muchas veces ignoramos porque quizás no nos afecta de cerca: cómo comunicarnos con las personas sordas. A partir de una situación cotidiana se nos relata cómo un grupo de niños aprende a comunicarse con otra niña a la que antes no entendían y no era aceptada. Una historia que podemos compartir en familia o en la clase y que invita a la reflexión. Las ilustraciones acompañan y ayudan a entender algunos de los signos que se utilizan. En las guardas aparece el alfabeto del Sistema de Signos Internacional.
Este libro nos abre la puerta a una realidad que muchas veces ignoramos porque quizás no nos afecta de cerca: cómo comunicarnos con las personas sordas. A partir de una situación cotidiana se nos relata cómo un grupo de niños aprende a comunicarse con otra niña a la que antes no entendían y no era aceptada. Una historia que podemos compartir en familia o en la clase y que invita a la reflexión. Las ilustraciones acompañan y ayudan a entender algunos de los signos que se utilizan. En las guardas aparece el alfabeto del... Seguir leyendo
Hablamos con las manos
¡Mi madre es una auténtica maga! –pensaba Lisa cuando era más pequeña.
Cuando iba a la puerta de casa y la abría, afuera estaban el tío Max, la tía Nina, el abuelo, la abuela o papá. Lisa también quería hacer magia. Pero cuando abría la puerta de casa, allí afuera no había nadie.
Puede que el truco de magia sólo funcione si deseo con muchas ganas que alguien aparezca delante de la puerta –pensó.