Tres cuentos mágicos (para niños mutantes)
Yo sabía que con un gesto de mis manos podía abrir una puerta en el cielo. Sabía que me era posible extraer de la montaña su corazón de cristal. Me bastaba dar un salto con la mente para entrar en la cabeza de un águila y planear el día entero sobre el valle. Podía comprender los textos sagrados que se deslizaban en el murmullo de las hojas. Las moscas no lograban ocultarme que eran reinas caídas de otro mundo. En mi cuerpo de niño habitaba una Maga.
–¿Qué haces dentro de mí? ¿Por qué no te vas a vivir a un árbol hueco? –le decía yo.
–Me quedo aquí porque me gusta el sonido aterciopelado de tu corazón....