Cuando una preadolescente de 11 años se niega a crecer porque piensa que todo es ya bastante confuso tal y como está es inevitable que piense en los 12 años como una tortura irremediable. Bea es así, ya tiene suficiente con el mundo tal y como lo conoce como para empezar a hacerse una mujercita, como su madre se empeña en llamarla. Una novela escrita en forma de diario, acompañada de unas ilustraciones de lo más descriptivas, que trata de cómo la vida irrumpe en el día a día de una chica a la que, por más que se empeñe en lo contrario, no le queda más remedio que crecer.Cuando una preadolescente de 11 años se niega a crecer porque piensa que todo es ya bastante confuso tal y como está es inevitable que piense en los 12 años como una tortura irremediable. Bea es así, ya tiene suficiente con el mundo tal y como lo conoce como para empezar a hacerse una mujercita, como su madre se empeña en llamarla. Una novela escrita en forma de diario, acompañada de unas ilustraciones de lo más descriptivas, que trata de cómo la vida irrumpe en el día a día de una chica a la que, por más que se empeñe en lo contrario, no le queda más remedio que crecer.
Diario de una chica del montón
3 de enero Hola. Bueno, ¿a quién saludo yo? Por si acaso, ¿vale? Me llamo Bea. En realidad, Beatriz, que según mi madre es un nombre muy literario. Bueno, ella sabrá, porque lo de Bea más bien suena a pija descafeinada. Los padres son... ¡Padres! Quiero escribir, como la tía Fina, o sea Josefina, o sea Jocelyn como se empeña ella en afirmar (mi tía es cursi como una mariposa de diseño).