Brunilda ¡se atreve con todo!
–¡Yuju! ¡Qué contenta estoy! –canturreó Brunilda–. ¡Hoy es la fiesta de los disfraces!
Brunilda y Bruno se dirigían hacia la escuela con una cesta de comida. Llevaban panecillos de pepinillos en vinagre y sándwiches rellenos de arena.
–Tenemos que vestirnos –advirtió Brunilda–. Bruno, tú podrías ser el Gato con Botas, y yo...
Brunilda hablaba sin mirar por dónde iba.
¡Pumba!
-¡Uy! -exclamó la bruja-. ¿Qué hace ese tronco... eh... esa pierna en medio del camino?