Utilizando el humor y los juegos de palabras, esta nueva entrega de la serie «A. J.» nos descubre al director de colegio como una especie de loco que está dispuesto a realizar las empresas más increíbles: desde besar a un cerdo en la boca hasta subirse al palo de la bandera del colegio y contar hasta cien para conseguir motivar a sus alumnos y que estudien.Utilizando el humor y los juegos de palabras, esta nueva entrega de la serie «A. J.» nos descubre al director de colegio como una especie de loco que está dispuesto a realizar las empresas más increíbles: desde besar a un cerdo en la boca hasta subirse al palo de la bandera del colegio y contar hasta cien para conseguir motivar a sus alumnos y que estudien.
¡El director está cada vez peor!
—¡Cuidadooooo! —gritó alguien. El director de mi colegio iba a toda castaña por la acera… ¡montado en monopatín! Había cogido mucha velocidad en la cuesta abajo que hay justo antes de llegar al cole. Iba de lado a lado esquivando niños y padres, totalmente descontrolado. La mayoría de los directores de colegio son muy serios y estirados, como si hubieran nacido siendo ya mayores, vaya.