Un cuento de la literatura de terror incluido en una colección de relatos clásicos ilustrados. Con motivo del bicentenario del nacimiento del autor, se reedita este título que se caracteriza por el terror psicológico. Está protagonizado por un guardavía atormentado por la aparición de un espectro que le previene de desgracias y muertes. Las ilustraciones, en tonos ocres oscuros, le dan mayor intensidad al texto.
Un cuento de la literatura de terror incluido en una colección de relatos clásicos ilustrados. Con motivo del bicentenario del nacimiento del autor, se reedita este título que se caracteriza por el terror psicológico. Está protagonizado por un guardavía atormentado por la aparición de un espectro que le previene de desgracias y muertes. Las ilustraciones, en tonos ocres oscuros, le dan mayor intensidad al texto.
El guardavía
-¡Eh! ¡Ahí abajo! Cuando oyó una voz llamándole de esta manera, se encontraba junto a la puerta de la caseta, con un banderín enrollado sobre un palo corto en la mano. Uno pensaría, tendiendo en cuenta la naturaleza del terreno, que no podía caberle la menor duda sobre de dónde procedía la voz; pero yo me encontraba, en lo alto de un precipicio cortado justo sobre su cabeza, se volvió y miró hacia las vías.