La timidez a veces hace pasar malas momentos, sobre todo cuando la cara se pone roja como un tomate y no se puede evitar. Lo peor es sobre todo cuando todo el mundo se da cuenta, se empieza a reír y la voz no es capaz de salir de la garganta. A Mimí, la protagonista de este cuento, le ocurre todo esto, y el mundo se le viene encima cuando tiene que recitar, delante de sus compañeros una poesía. ¡Pobre Mimí, quiere que la tierra se la trague! Con ilustraciones divertidas y muy expresivas, la autora a través de este cuento nos enseña que siempre hay alguien, que en lo peores momentos echa una mano y ayuda a recuperar o a conseguir la seguridad que falta.
La timidez a veces hace pasar malas momentos, sobre todo cuando la cara se pone roja como un tomate y no se puede evitar. Lo peor es sobre todo cuando todo el mundo se da cuenta, se empieza a reír y la voz no es capaz de salir de la garganta. A Mimí, la protagonista de este cuento, le ocurre todo esto, y el mundo se le viene encima cuando tiene que recitar, delante de sus compañeros una poesía. ¡Pobre Mimí, quiere que la tierra se la trague! Con ilustraciones divertidas y muy expresivas, la autora a través de este cuento nos enseña... Seguir leyendo
Mimí, “tomatito”
Esta es Mimí. Mimí es taaan, taaan, taaan tímida, que solo con oír su nombre… ¡se pone colorada como un tomate!
¡Mimí! ¡Pobre Mimí!
En el recreo, sus compañeros la llaman “Tomatito” a escondidas… ¡y también en su cara! Todos se parten de risa al ver cómo Mimí se pone colorada.
Mimí… ¡Tomatito! ¡Ji, ji! ¡Tomatito! ¡Tomatiii… tooo!