En una noche de luna llena, un señor le da un golpe con su coche a un erizo. Lo lleva a la casa de sus vecinos y lo llaman Flipi. Desde entonces, su casa se convierte en un hogar de acogida de otros muchos animales: osos pardos, dromedarios, un elefante que se desliza por debajo de las puertas, un león viejecito que no soporta los gritos, un cocodrilo sordo… La familia vive cada vez más agobiada ¡vaya lío! Humor, acción, sorpresas y emoción…hasta el final.
En una noche de luna llena, un señor le da un golpe con su coche a un erizo. Lo lleva a la casa de sus vecinos y lo llaman Flipi. Desde entonces, su casa se convierte en un hogar de acogida de otros muchos animales: osos pardos, dromedarios, un elefante que se desliza por debajo de las puertas, un león viejecito que no soporta los gritos, un cocodrilo sordo… La familia vive cada vez más agobiada ¡vaya lío! Humor, acción, sorpresas y emoción…hasta el final.
¿Rinoceronte? ¿Qué rinoceronte?
Hasta que pasó lo del erizo, en mi casa nunca habíamos tenido muchos animales algún perro, un par de gatos, pájaros, una tortuga... Me parece recordar que un conejillo de Indias, poco más. Bueno, también hubo mosquitos en las noches de verano, moscas de vez en cuando, alguna cucaracha que se colaba furtiva por la cocina, salamanquesas en la fachada ("lagartijas", decía mi abuelo, "toda la vida se les ha llamado lagartijas").