Lo que Lorenzo más odia es leer. Llega la semana de receso en la escuela y la profesora les asigna un libro corto que coincidentemente tiene un significado emotivo para su madre, quien se lo presta con mucho amor e ilusión de ver a Lorenzo enamorarse de la lectura. Lorenzo pasa la semana buscando las maneras de evitar leer el libro siguiendo los métodos propuestos por su amigo Migue, su primo y su tía, así como estrategias de su propia invención, pero al final todo parece salir mal. En medio de una de sus pilatunas pierde el libro de su madre y no logra ver una salida fácil al embrollo. Una novela corta llena de humor y ocurrencias graciosas.
Lo que Lorenzo más odia es leer. Llega la semana de receso en la escuela y la profesora les asigna un libro corto que coincidentemente tiene un significado emotivo para su madre, quien se lo presta con mucho amor e ilusión de ver a Lorenzo enamorarse de la lectura. Lorenzo pasa la semana buscando las maneras de evitar leer el libro siguiendo los métodos propuestos por su amigo Migue, su primo y su tía, así como estrategias de su propia invención, pero al final todo parece salir mal. En medio de una de sus pilatunas pierde el libro de su madre y... Seguir leyendo
Por favor, ¡no leas este libro!
Mamá lo puso sobre la mesa: era pequeña, plana, rectangular. Sin mucha gracia. Una de esas cosas que solo sirven para leer.
Llevaba un forro de plástico transparente sobre la portada y sus hojas estaban bien apretadas y sin doblar. De reojo, las letras resultaban borrosas y lo demás eran manchas de colores sin forma. No miento: un verdadero caos.
Me acerqué a la mesa y de otra ojeada súper veloz traté de calcular el número de hojas de aquel terrible objeto. Pensaba en mis experiencias anteriores: más grueso = más días, es decir, más sufrimiento.