Un relato sobre el amor, la comprensión y la búsqueda interior que hará reflexionar sobre las historias de vida individuales y lo esencial para cada quien. Rana y Cucarrón se enamoran y deciden que pese a sus diferencias, se sienten muy bien en compañía el uno del otro. Es así que deciden estar juntos y emprenden un viaje desde Colombia hasta Egipto, lugar de origen del cucarrón estercolero y tornasolado. El viaje es difícil y la aventura se complica cuando Rana empieza a enfermar, no obstante logran llegar gracias a una tortuga pérdida en el Mediterráneo que intentaba llegar a las islas Galápagos. En Egipto ambos Rana y Cucarrón emprenden un nuevo viaje hacia adentro, buscando su identidad y sus anhelos. Rana ama a Cucarrón pero siente que debe volver a su estanque. Cucarrón queda solo y en pena, su vida deja de tener sentido y solo después de un tiempo retoma sus ganas de vivir y empieza a reconstruir lo que dejó atrás para encontrarse con una grata sorpresa: el retorno de Rana con los hijos que nacieron de ese amor mutuo y respetuoso entre Rana y Cucarrón. El lenguaje es bello y poético y las ilustraciones resaltan el espíritu de la obra.
Un relato sobre el amor, la comprensión y la búsqueda interior que hará reflexionar sobre las historias de vida individuales y lo esencial para cada quien. Rana y Cucarrón se enamoran y deciden que pese a sus diferencias, se sienten muy bien en compañía el uno del otro. Es así que deciden estar juntos y emprenden un viaje desde Colombia hasta Egipto, lugar de origen del cucarrón estercolero y tornasolado. El viaje es difícil y la aventura se complica cuando Rana empieza a enfermar, no obstante logran llegar gracias a una... Seguir leyendo
Historia de un amor verdadero entre una rana y un cucarrón
Aunque las ranas lo hacen muy lentamente, Rana parpadeó con gran velocidad. Los rayos de sol caían sobre sus ojos y ella quería ver con claridad lo que se movía al frente. “Todos los inventos son verdaderos” leyó Rana despacio y lo miró sin terminar de entender el sentido de esas palabras. Debajo del armazón sobresalían unas patas de gallina que zanceaban rítmicamente sosteniendo al carromato en un difícil equilibrio. Aunque el sol ya no le caía en los ojos, Rana parpadeó de nuevo.