A veces, en la vida, hay que saber decir un NO a tiempo. Simón es demasiado bueno y acepta con sumisión las propuestas que le hacen todas aquellas personas que se cruzan en el camino. Desde las inquietantes sugerencias de miss Conchita hasta las diabluras que le encomienda la temida banda de Los Rudolfos, pasando por acciones imposibles, como planchar un arrugado elefante. Pero su amor platónico, Rocío, tiene una idea perfecta para terminar de una vez por todas con la explotación a la que su amigo está sometido. Secuenciado en un formato cercano al cómic, aunque obviando algunos de los elementos característicos de este lenguaje, el conocido humorista gráfico plantea una historia dura que invita a la reflexión, a pesar de estar disfrazada bajo un estilo caricaturesco. La edición conserva los ricos giros lingüísticos propios del español mexicano y aboga por inculcar, a través del deseo que el vecindario formula al niño protagonista, un valor que el dibujante considera fundamental: no hacer nunca aquello que no se desea hacer.
A veces, en la vida, hay que saber decir un NO a tiempo. Simón es demasiado bueno y acepta con sumisión las propuestas que le hacen todas aquellas personas que se cruzan en el camino. Desde las inquietantes sugerencias de miss Conchita hasta las diabluras que le encomienda la temida banda de Los Rudolfos, pasando por acciones imposibles, como planchar un arrugado elefante. Pero su amor platónico, Rocío, tiene una idea perfecta para terminar de una vez por todas con la explotación a la que su amigo está sometido. Secuenciado en... Seguir leyendo
¿Me planchas mi elefante, por favor?
Simón era como todos los niños de su edad.
No le gustaban las matemáticas...
Le gustaba jugar con Cuco, su mejor amigo.
Le aburría aburrirse...
En cambio, le divertía el recreo de las once.
Detestaba las clases de inglés de miss Conchita...
Y le encantaba Rocío, la niña más bonita del salón.