Tras “observar el estado de la mar”, la pirata Tragaldabas, conocida del uno al otro confín de la casa por su apetito insaciable; y su fiel marinero y vigía, Aurelio “Ojo de Águila”, inician la travesía entre las habitaciones. Acechan peligros inesperados, pero su amplia experiencia en el juego y el compromiso mutuo que les une en la búsqueda de un tesoro (dulce, a ser posible); les permite solucionar momentos de incertidumbre (un amago de naufragio, el encuentro con los “fantasmas”, el acecho de la “Acelga salteada” que puede terminar con su interés en la comida...) Con mucho humor, las inconfundibles ilustraciones de Guridi convierten en realidad las ilusiones de los protagonistas (transformar una caja en un navío o una pinza de la ropa en un fiel loro); al hilo de un relato que constituye toda una oda a la imaginación infantil y confirma que no hacen falta muchos elementos para pasar una tarde inolvidable de juegos si estimulamos la creatividad de forma divertida.
Tras “observar el estado de la mar”, la pirata Tragaldabas, conocida del uno al otro confín de la casa por su apetito insaciable; y su fiel marinero y vigía, Aurelio “Ojo de Águila”, inician la travesía entre las habitaciones. Acechan peligros inesperados, pero su amplia experiencia en el juego y el compromiso mutuo que les une en la búsqueda de un tesoro (dulce, a ser posible); les permite solucionar momentos de incertidumbre (un amago de naufragio, el encuentro con los “fantasmas”, el... Seguir leyendo
La capitana Tragaldabas y el marinero Ojo de Águila
Una historia de piratas necesita un barco, ¡eso está claro! El nuestro va a ser más bien pequeño. Utilizaremos una escoba para hacer el palo mayor y una camiseta a rayas como bandera. Para montarlo todo, le he echado el ojo a una caja de cartón que lleva tiempo rondando por casa.