Adaptación para el teatro de la obra homónima de Mark Twain. El heredero de la corona británica y un muchacho de los arrabales de Londres, sorprendentemente idénticos, intercambian sus ropas y sus vidas a modo de juego. El mendigo descubrirá qué se siente al ser casi todopoderoso y el príncipe conocerá el lado más oscuro de la existencia. En la obra interviene un narrador que aclara las elipsis necesarias para la adaptación. Adaptación para el teatro de la obra homónima de Mark Twain. El heredero de la corona británica y un muchacho de los arrabales de Londres, sorprendentemente idénticos, intercambian sus ropas y sus vidas a modo de juego. El mendigo descubrirá qué se siente al ser casi todopoderoso y el príncipe conocerá el lado más oscuro de la existencia. En la obra interviene un narrador que aclara las elipsis necesarias para la adaptación.

El príncipe y el mendigo

NARRADOR (delante del telón)- Amigos: vais a presenciar la representación de un cuento muy interesante. Puede que sea histórico, leyenda o tradición; puede que haya sucedido, y puede que no... Nos hallamos en Inglaterra, bajo el reinado de Eduardo VI. Situémonos allí por el año 1550 y en la ciudad de Londres. Un día de otoño, nació en el seno de una familia miserable, llamada Canty, un niño que fue bautizado con el nombre de Tom y que no era deseado ni querido por sus padres. El mismo día, la esposa del rey Eduardo tuvo un hijo, el primero. Éste sí que era, más que esperado, deseado por toda la familia y por toda Inglaterra. Todo el país enloqueció de júbilo con la noticia del nacimiento del heredero de la corona, el príncipe de Gales. Por un extraño capricho de la naturaleza, aquellos dos niños se parecían físicamente como dos gotas de agua.