El rey jabalí
Mundo es ciego, pero esgrimiendo su bastón por caminos que sólo él conoce, aupándose por unas cuestas tan endiabladas que hasta las cabras las rehuyen, se encarama a cualquier hora del día o de la noche al monte del Morro. Desde el valle se le ve, pequeño como un gorrión allá en lo alto, sentarse en su peña favorita y apoyar la barbilla en el puño del bastón.
–Ahí está Mundo, repanchingado en su peña un día más.
–Dirán que es ciego, ¡pero tiene más vista que tú y que yo!
–Está hecho un Matusalén. ¡Si ya peinaba canas cuando nosotros andábamos en pañales!