En el cuarto de los niños

Papá y mamá y todos los hermanos se habían ido al teatro, solo la pequeña Anita y su abuelo se habían quedado en casa.
–También nosotros veremos una comedia –dijo el abuelo– Y va a empezar ahora mismo.
–¡Pero si no tenemos teatro! –dijo Anita–. Y no tenemos actores. Mi muñeca vieja no puede porque está asquerosa, y la nueva no se puede arrugar sus lindos vestiditos.