Aquel viejo país
La bisabuela Gisela era originaria del viejo país, un país cuyo nombre y cuyas fronteras han cambiado tantas veces que ya nadie sabe cómo se llamaba antiguamente. Y, aunque se fue de allí en su primera adolescencia, y vivió hasta bien pasados los noventa (y puede que hasta pasados los cien años), siempre vistió la ropa de multicolor fieltro bordado de su patria y sus ojos jamás perdieron algo que, según creía yo, había de ser la luz de los bosques de aquel lugar. Incluso cuando yo era muy pequeña, pensaba que había algo salvaje en el ángulo y en la expresión de sus ojos dorados.