Segunda entrega de las aventuras de Torak, un muchacho de doce años que, tras haber presenciado la muerte de su padre y realizado un enriquecedor viaje iniciático, derrota al oso que había dado muerte a su padre. Pero nuevas aventuras lo esperan, en esta ocasión también acompañado por Lobo, que ya no es un lobezno y regresa tras haberse marchado, y por su íntima amiga Renn. Una misteriosa fuerza, en forma de enfermedad, aparece en el Bosque, donde Torak se había establecido con el Clan de los Cuervos. Sólo en la isla del Clan de la Foca es posible hallar el antídoto, de modo que Torak emprende un viaje que lo llevará, como siempre, también al interior de sí mismo. Segunda entrega de las aventuras de Torak, un muchacho de doce años que, tras haber presenciado la muerte de su padre y realizado un enriquecedor viaje iniciático, derrota al oso que había dado muerte a su padre. Pero nuevas aventuras lo esperan, en esta ocasión también acompañado por Lobo, que ya no es un lobezno y regresa tras haberse marchado, y por su íntima amiga Renn. Una misteriosa fuerza, en forma de enfermedad, aparece en el Bosque, donde Torak se había establecido con el Clan de los Cuervos. Sólo en la isla del Clan de la Foca es posible hallar el antídoto, de modo que Torak... Seguir leyendo

El Clan de la Foca. Crónicas de la Prehistoria II

La hembra de uro apareció de pronto entre los árboles al otro lado del río.
Un instante antes, Torak estaba contemplando los sauces moteados de sol, y de repente ahí estaba el animal. Era más alto que el más alto de los hombres y sus grandes cuernos curvos podrían ensartar un oso. Si cargaba contra él, Torak estaría en un aprieto.
Por desgracia, el viento llevaba su olor directamente hacia el uro. Torak contuvo la respiración al verlo arrugar el negro hocico y olisquear. El animal soltó un bufido y rascó la tierra con una pezuña enorme.
Fue entonces cuando Torak vio al ternero entre los helechos, y se le revolvió el estómago.