Aitor Echamendi vive en un caserío en compañía de su perro. Este viejo con fama de huraño, insociable e incluso loco, recuerda en su soledad a sus cinco hijos que la muerte o los matrimonios alejaron de las montañas, y con los que su intransigencia le impidió conservar lazos. Sólo al final de su vida Aitor retoma su contacto con el pueblo y, encarnando al Olentzero, carbonero que, según la tradición vasca, anuncia la Navidad, conocerá casualmente a sus bisnietos. Un cuidado lenguaje para un relato con olor a montaña, en un tiempo que parece detenido, salpicado de evocaciones a la guerra civil.Aitor Echamendi vive en un caserío en compañía de su perro. Este viejo con fama de huraño, insociable e incluso loco, recuerda en su soledad a sus cinco hijos que la muerte o los matrimonios alejaron de las montañas, y con los que su intransigencia le impidió conservar lazos. Sólo al final de su vida Aitor retoma su contacto con el pueblo y, encarnando al Olentzero, carbonero que, según la tradición vasca, anuncia la Navidad, conocerá casualmente a sus bisnietos. Un cuidado lenguaje para un relato con olor a montaña, en un tiempo que parece detenido, salpicado de evocaciones a la guerra civil.
El muñeco que anunció la Navidad
Aitor se ha quedado solo, con su genio y figura, con un gallo y seis gallinas, cinco ovejas, una vaca y un maravilloso perro que, si ya está harto, le trae algún conejo de los que caza. -Bien, Labrit, aún te portas como un jabato -le dice el viejo, mientras le acaricia el lomo, agradecido, y tiende un saco a sus pies para que duerma. Este perro es el único cariño que le queda a Aitor; pero también a él le van pesando los años.
Este libro trata de:Sentimientos, Guerra civil española, 1936-1939, Problemas personales, Guerras, Comunidades autónomas, Fiestas, País Vasco, Soledad, Navidad