No les costará a los prelectores identificarse con la situación en la que se encuentran Dani y su padre, pingüinos humanizados que protagonizan esta serie. Dani aprende cómo es el mundo, en este caso las formas, mediante el juego con su padre. Su diálogo, breve y clarificador, se alía con las ilustraciones, de líneas sencillas y elegantes. Vinculados la afectividad y el aprendizaje al libro –de hojas de cartón–, éste se convierte en un estímulo reconfortante. No les costará a los prelectores identificarse con la situación en la que se encuentran Dani y su padre, pingüinos humanizados que protagonizan esta serie. Dani aprende cómo es el mundo, en este caso las formas, mediante el juego con su padre. Su diálogo, breve y clarificador, se alía con las ilustraciones, de líneas sencillas y elegantes. Vinculados la afectividad y el aprendizaje al libro –de hojas de cartón–, éste se convierte en un estímulo reconfortante.
Papá, ¿qué es...?
–Papá, me aburro. –¿Quieres que juguemos a las adivinanzas? –A ver si te sabes esta: Por el cielo voy, cuadrada no me ves y redonda no soy.