Un relato tradicional de la antigua China donde se cuenta cómo el emperador ofrece su trono a quien le traiga las flores más bellas. Ping lo intenta con denuedo sin conseguir ningún resultado. Y ante las burlas de los otros participantes se presenta en palacio con una maceta vacía y la historia de lo que le había pasado. Una historia sobre la honradez y la perseverancia, ilustrada con imágenes que recuerdan a la milenaria pintura china. Un relato tradicional de la antigua China donde se cuenta cómo el emperador ofrece su trono a quien le traiga las flores más bellas. Ping lo intenta con denuedo sin conseguir ningún resultado. Y ante las burlas de los otros participantes se presenta en palacio con una maceta vacía y la historia de lo que le había pasado. Una historia sobre la honradez y la perseverancia, ilustrada con imágenes que recuerdan a la milenaria pintura china.

La maceta vacía

Hace mucho tiempo, en China, vivía un niño que se llamaba Ping a quien le gustaban muchos las flores. Todo lo que plantaba florecía. Hacía brotar flores, arbustos y hasta grandes árboles frutales ¡como por arte de magia! Todos los que vivían en aquel reino también amaban las flores. Las plantaban en todas partes, y el aire olía como el perfume.