Dos ranas en apuros
La robusta rana Ramona dormitaba junto al estanque, mientras los tibios rayos de sol calentaban su abultado lomo. «Qué gran día para no hacer nada», pensaba. Al mismo tiempo, Renata, una ranita que era su compañera de juegos, entraba y salía de la franja iluminada por el sol, saltando una y otra vez desde un hongo al estanque. Amanecía en la granja, y la pequeña Renata estaba lista para la diversión.