Azouz es un niño, un adolescente y un adulto a la vez: la pobreza no perdona ni a la infancia ni a las personas. Corren los años 60 y Azouz vive en una chaâba, es decir, en un poblado de chabolas de Lyon, con su emma (madre), su abué (padre) y sus hermanos Moustaf, Aïcha, Zohra y Fatia. De origen argelino, no sólo deberá luchar contra la pobreza sino también contra la marginación a la que lo someten los franceses. Pero pronto el pequeño Azouz descubrirá el mejor método para ascender en la escala social, que no es otro que estudiar con aplicación en la escuela; y en lo que respecta a la escuela de la vida, aprender a observar la realidad tal y cómo la realidad es. Duro y a la vez tierno retrato autobiográfico del ex ministro francés para la Igualdad de Oportunidades, Azouz Begag,el autor, cuenta las peleas entre mujeres de los diferentes clanes, la llegada al poblado de los hombres tras la agotadora jornada laboral, las «acciones de purificación» organizadas por su padre contra las prostitutas, su labores en el mercado de Croix-Luizet y, sobre todo, relata su vida en la escuela, donde dos requisitos eran esenciales para ascender en la escala social: las uñas limpias y la obediencia a Francia.

Azouz es un niño, un adolescente y un adulto a la vez: la pobreza no perdona ni a la infancia ni a las personas. Corren los años 60 y Azouz vive en una chaâba, es decir, en un poblado de chabolas de Lyon, con su emma (madre), su abué (padre) y sus hermanos Moustaf, Aïcha, Zohra y Fatia. De origen argelino, no sólo deberá luchar contra la pobreza sino también contra la marginación a la que lo someten los franceses. Pero pronto el pequeño Azouz descubrirá el mejor método para ascender en la escala social, que... Seguir leyendo