Escrita con el estilo de las enciclopedias geográficas del siglo XIX, esta guía nos transporta por un mundo irreal y maravilloso, plagado de rincones sorprendentes, perfectamente "documentados".
Mares imposibles, montañas de ensueño, ciudades habitadas por seres extraordinarios... Un compendio deslumbrante, atractivo y de una realidad casi verosímil, a la que contribuyen los aspectos formales: ilustraciones, grabados y mapas, realizados a la manera decimonónica, que hacen familiares los parajes descritos.
Escrita con el estilo de las enciclopedias geográficas del siglo XIX, esta guía nos transporta por un mundo irreal y maravilloso, plagado de rincones sorprendentes, perfectamente "documentados".
Mares imposibles, montañas de ensueño, ciudades habitadas por seres extraordinarios... Un compendio deslumbrante, atractivo y de una realidad casi verosímil, a la que contribuyen los aspectos formales: ilustraciones, grabados y mapas, realizados a la manera decimonónica, que hacen familiares los parajes descritos.
Guía de lugares imaginarios
En 1923, un grupo de zapadores ingleses estaba midiendo una zona casi inaccesible del continente africano. Al final de un duro día, ansiosos de volver al campamento base, cayeron en que aún quedaba por medir una pequeña colina. Uno de ellos, el más imaginativo, propuso que terminaran el trabajo más tarde, de regreso en el campamento. Su sugerencia fue aprobada. Armado de un par de tijeras, el cartógrafo recortó de una revista el dibujo de un elefante, trazó su contorno en el mapa, y completó así la colina cuyas medidas nunca fueron tomadas. El monte en forma de paquidermo puede verse aún hoy en el ángulo noroeste de la página 17 de la serie cartográfica 1:62.500 publicada por el Real Instituto Geográfico Británico bajo el título África: Costa de Oro. Esta guía es un modesto homenaje a la fe de aquel imaginativo cartógrafo.