Adiós Manoplas

Manoplas es mi conejo-bobo.
Es incapaz de mantener sus orejas tiesas como los demás conejos.
Es gordote, blandito, muy suave y roe los cables eléctricos de la casa.
Hay que reconocer que como compañero de juego es una nulidad. No sabe jugar al fútbol, ni pelear, ni distingue un vaquero de un indio.
Y además, mi mejor amigo no puede ser un conejo, porque ya no soy un bebé.
Así que voy a librarme de él.