Perteneciente a la colección Escuela de Cazadragones, en esta cuarta misión el estudiante Wiglaf no tiene que enfrentarse a ningún dragón, sino a una princesa millonaria abandonada por su novio, que ahora busca al que se convertirá en su esposo. Wiglaf no quiere, pero es obligado por el director de la Escuela, quien será recompensado con un montón de monedas de oro. ¡Menos mal que en la escuela, la princesa encuentra a su verdadero amor!Perteneciente a la colección Escuela de Cazadragones, en esta cuarta misión el estudiante Wiglaf no tiene que enfrentarse a ningún dragón, sino a una princesa millonaria abandonada por su novio, que ahora busca al que se convertirá en su esposo. Wiglaf no quiere, pero es obligado por el director de la Escuela, quien será recompensado con un montón de monedas de oro. ¡Menos mal que en la escuela, la princesa encuentra a su verdadero amor!
Misión 4: El candidato ideal
Era un día de primavera muy caluroso. Los estudiantes de la Escuela de CazaDragones se entrenaban en el patio del castillo. –Está bien, chicos –dijo el preparador Wendell Plungett, el profesor de Caza-, os doy cinco minutos de descanso. ¡Por fin! Wiglaf no habría podido hacer una sola flexión más, ¡ni siquiera si se lo hubiera ordenado el director en persona!