Esta historia transcurre en la Edad de Piedra. El protagonista es un niño que, como cualquier niño de hoy, juega con sus amigos al escondite. Sin embargo, Yoa elige un lugar prohibido para esconderse, una cueva sagrada. Así descubre las pinturas rupestres y aprende a comunicarse con un cuervo que le salvó de las garras del oso. Como las normas del clan no se pueden desobedecer, Yoa será castigado. Durante esos días el niño aprende a comunicarse con los pájaros quienes lo conducirán hasta el río en busca de agua.
Esta historia transcurre en la Edad de Piedra. El protagonista es un niño que, como cualquier niño de hoy, juega con sus amigos al escondite. Sin embargo, Yoa elige un lugar prohibido para esconderse, una cueva sagrada. Así descubre las pinturas rupestres y aprende a comunicarse con un cuervo que le salvó de las garras del oso. Como las normas del clan no se pueden desobedecer, Yoa será castigado. Durante esos días el niño aprende a comunicarse con los pájaros quienes lo conducirán hasta el río en busca de agua.
¡Vuela, Yoa, vuela! Una historia de la Edad de Piedra
Yoa juega al escondite con otros niños. -¡Que voy! –grita Ischam. Yoa tiene que darse prisa si no quiere ser descubierto. Su mirada se dirige a la entrada de la cueva sagrada. Yoa duda. Entrar en la cueva está terminantemente prohibido a los niños del clan. Pero él solo quiere esconderse allí un momentito. Nadie se enteraría. Cuando entra en la cueva, el corazón de Yoa late fuertemente por la emoción.