Ante los miedos infantiles los padres utilizan todo tipo de recursos. En esta ocasión una madre afronta los miedos nocturnos de su pequeño haciendo gala de una desbordante y creativa imaginación: pone en marcha todo tipo de artilugios y protecciones para que su hijo se sienta seguro, hasta que, desesperada, por fin comprende que lo único que de verdad da resultado es hacer compañía al niño, quien de ese modo tan sencillo encontrará la paz suficiente para permitir que el sueño se apodere de él.Ante los miedos infantiles los padres utilizan todo tipo de recursos. En esta ocasión una madre afronta los miedos nocturnos de su pequeño haciendo gala de una desbordante y creativa imaginación: pone en marcha todo tipo de artilugios y protecciones para que su hijo se sienta seguro, hasta que, desesperada, por fin comprende que lo único que de verdad da resultado es hacer compañía al niño, quien de ese modo tan sencillo encontrará la paz suficiente para permitir que el sueño se apodere de él.
De verdad que no podía
Marc quería dormir. De verdad que quería. Pero no podía dormir. De verdad que no podía. Así que llamó a su mamá y le dijo: «Tengo miedo de que entre un mosquito gigante y me pique». «No te preocupes, hijito», contestó la mamá. «Esto lo soluciono en un momento y dormirás tranquilo»